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Una cronología de la nutrición en el contexto del colesterol, la enfermedad cardíaca y la obesidad 

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Resultado del experimento de Takaki en enfermos de Beriberi

Es interesante que a través de los siglos, sí, ¡SIGLOS!, no digo años, ya se recomendaban ciertos estilos de alimentación que hasta el día de hoy son considerados por algunos como equivocados, peligrosos o como dietas de moda que pronto pasarán. Uno de esos métodos de alimentación es lo que se conoce como la dieta baja en carbohidratos o, como generalmente se le llama en inglés, «low carb».

En vista de eso, el propósito de esta entrada, es hacer una cronología de la historia de la nutrición haciendo énfasis en los consejos y las distintas ideas relacionadas con la obesidad y cómo combatirla, puesto que, por lo general, el colesterol y la enfermedad cardíaca tiende a correr de alguna manera en paralelo a la obesidad. Que conste que no creo que la obesidad sea la «causa» de los problemas mencionados, sino más bien un síntoma de una alimentación equivocada y, por ende, tiende a acompañar a los otros síntomas mencionados que también son el resultado de una dieta equivocada.

Sin más, empecemos a la cronología a finales del siglo XVIII (dieciocho para los que han olvidado los números romanos 🙂 )

1770 – El francés Antoine Lavoisier describe cómo es que los alimentos son metabolizados en un proceso de combustión. Él sugirió que el calor producido por el cuerpo es el resultado del metabolismo de los alimentos y del oxígeno. El hecho de que creía que en los pulmones de los animales había algún tipo de «horno» que producía una combustión lenta, nos da una idea del nivel, en parte limitado, de entendimiento que se tenía en la época. Sus descubrimientos, sin embargo, abrieron la puerta a una serie de avances en el campo de la nutrición, la química y la bioenergética que nos benefician hasta el día de hoy.

Inicio de los 1800s – Durante este tiempo la química se fue desarrollando hasta el grado de esclarecer el hecho de que los alimentos en su mayoría están compuestos de nitrógeno, hidrógeno, oxígeno y carbono.

1822 – El consumo de azúcar refinada en los Estados Unidos era de 25 gramos cada 5 días. Eso es el equivalente al azúcar en una lata de gaseosa cada 5 días.

1825 – El famoso gourmet francés Brillat Savarin escribe en «La fisiología del Gusto«, el primer libro de cocina, lo siguiente en la página 166:

«La curación de la obesidad, por cualquier sistema que se adopte,debe principiar por los tres preceptos propuestos aquí, derivados de la teoría absoluta: parquedad en el comer, moderación en el dormir, ejercicio a pie o a caballo.

Tales son los recursos que en primera línea nos presenta la ciencia; sin embargo, deben considerarse como ineficaces, si tenemos a la vista la manera de ser de los hombres y cosas del mundo, y porque cada prescripción que se deja de ejecutar al pie de la letra, no puede producir su efecto.»

Como notamos, Brillat-Savarin declara la sugerencia de «hacer más ejercicio y comer menos» como ineficaz porque requiere de gran fuerza de voluntad y, después de hacer una descripción un tanto cómica de lo que en realidad pasa en el caso de muchas personas, presenta una alternativa:

«Así pues, aunque se convenga en que todo el que quiera ver disminuir su gordura, debe comer con moderación, dormir poco y hacer el mayor ejercicio posible, es preciso, no obstante, buscar otro camino,a fin de conseguir el mismo resultado.»

¿Y cuál es este otro camino que él propone en el año 1825? Leamos:

«Ahora bien, hay un medio infalible para impedir que la corpulencia se haga excesiva o para disminuirla cuando ha llegado a ese punto. Este método, que se funda en todo cuanto la física y la química tienen de más seguro, consiste en un régimen dietético apropiado al efecto que se quiere alcanzar.

De todas las fuerzas médicas, el régimen (o sea, la dieta) es la primera, porque ejerce una acción perpetua de día, de noche, despierto o dormido. Tal efecto se renueva en cada comida y acaba por subyugar todas las partes del individuo. Ahora bien, el régimen antiobésico está indicado por la causa más común y más activa de la obesidad, y puesto que se ha demostrado que únicamente se forman las congestiones grasas a fuerza de harinas y de féculas, lo mismo en hombres que en animales, y esto último diariamente salta a nuestra vista, dando motivo al comercio de los animales cebados; puede decirse, como consecuencia exacta, que la abstinencia más o menos rigurosa de todo cuanto es harinoso o feculento conduce a disminuir la gordura.» Página 167.

1830 – Consumo de azúcar en los Estados Unidos: 15 libras anuales per cápita.

1840 – El alemán Justus Liebig es el primero en destacar la composición química de los carbohidratos, las proteínas y las grasas.

1843-1850 – El francés Claude Bertrand publica su «Sobre jugos gástricos y su papel en la nutrición» que explica el proceso de digestión de carbohidratos (azúcares) y grasas principalmente, explicando cómo los «jugos pancreáticos» (no se conocía la insulina como hormona en aquel entonces) convierten los carbohidratos en azúcar en la sangre. En base a sus experimentos con perros, pudo explicar la secreción de glucosa a partir de otras sustancias como los almidones, las harinas y las proteínas, lo que ayudó a explicar mucho de lo que ocurre en el caso de los diabéticos.

Alrededor de 1860 – Los alemanes Carl von Voit y Max von Pettenkofer desarrollan cámaras de respirometría que les permite entender mejor cómo se utilizan los carbohidratos, las grasas y las proteínas en el cuerpo humano, mediante facilitarles el medir la inhalación de oxígeno, la exhalación de dióxido de carbono y la medición del nitrógeno eliminado en las heces y la orina. En base a esto, pueden determinar con un alto nivel de precisión, cuál es la utilización de las distintas fuentes de energía en el cuerpo.

1863 – El inglés William Banting, un director de pompas fúnebres, publica su «Letter on Corpulence» un folleto que describe su odisea para lograr vencer a la obesidad. ¿Su consejo? Elimina las harinas y féculas (es decir los carbohidratos) y aliméntate más de grasas, proteínas, algunas frutas y vegetales. Prácticamente una repetición de lo que Brillat-Savarin había propuesto como la solución a la obesidad 38 años antes. Su libro fue un éxito de ventas y hasta el día de hoy puede ser obtenido gratis en Google Books. Sin embargo, aunque la dieta funcionaba a la perfección, las personas de ciencia la criticaron duramente, llamándola no científica. Sin embargo, el doctor que le recetó la dieta a Banting, de nombre William Harvey, había asistido a una charla de Claude Bertrand (mencionado arriba) y eso le había ayudado a entender de manera científica cómo funciona el cuerpo cuando recibe demasiados carbohidratos procesados.

1871 – Una empresa holandesa le compra al francés Mège-Mouriès la fórmula y la patente para la margarina. Un producto a partir de la grasa de reses y la leche. Después de muchas disputas y una gran batalla por la hegemonía en las cocinas del consumidor contra la mantequilla, se convirtió poco a poco en el producto predilecto que conocemos hoy.

1878 – El alemán Max Rubner, un estudiante de von Voit, determina la cantidad de calorías que, como promedio, tienen los carbohidratos, las grasas y las proteínas, a saber, 4.1, 9.3 y 4.1 respectivamente. Expandiendo sus estudios concibió la ley de la isodinámica que postula que «los alimentos pueden bajo ciertas circunstancias reemplazar unos a otros de acuerdo con sus valores«. Este fue el inicio del principio una caloría es una caloría y la mentalidad de que no importa qué comas, si el número de calorías ingeridas es igual al número de calorías utilizadas, no tendrás problemas de sobrepeso. Es interesante, sin embargo, que el mismo Rubner mencionó en su publicación «Die Gesetze des Energieverbrauchs bei der Ernährung» en 1902 que había que tomar en cuenta los complicados mecanismos del cuerpo en cualquier cálculo del uso de energía, porque los resultados nunca eran tan claros y directos como una fórmula matemática.

1882 – El médico alemán Wilhelm Ebstein escribe una monografía intitulada «La obesidad y su tratamiento» y presenta una dieta también baja en carbohidratos que no permite azúcar, dulces, papas o patatas y pan solo en cantidades mínimas. Por otra parte, insistía en comer carnes y grasas en abundancia porque, según él, esto aumenta el nivel de satisfacción y el paciente no sufre constantemente de hambre.

1883-1884 – El japonés Takaki Kanehiro descubre que el BeriBeri es una enfermedad que tiene su origen en una deficiencia nutricional. En este caso, la deficiencia es causada por el proceso de pulido del arroz integral para convertirlo en arroz blanco. Takaki diseña una dieta que finalmente resuelve el problema y le permite a la naval japonesa erradicar la enfermedad. Para convencer a la naval, Takaki se ve obligado a desarrollar un experimento y prueba que, definitivamente, el Beri-Beri es un problema nutricional. Por primera vez se prueba el poder de la nutrición en un experimento grande y controlado.

1884 – El alemán Mar Oertel desarrolla una dieta baja en carbohidratos similar a la de William Banting y la publica en el libro intitulado «Therapie der Kreislaufstörungen» (Terapia de los problemas de la circulación). Esta dieta fue utilizada por el médico Ernst Schweninger para ayudar al canciller alemán Otto von Bismarck a bajar casi 30 kilos en un año.

1897 – Sin saber que Takaki Kanehiro ya había resuelto el problema en Japón, el holandés Christiaan Eijkman encuentra también la relación entre el BeriBeri y la falta de una sustancia en la comida. Su descubrimiento lo hizo al observar que gallinas que comían arroz blanco sufrían de síntomas iguales a los de los humanos que tenían BeriBeri, cuando las que se alimentaban de arroz integral permanecían saludables. Esto lo lleva a alimentar a los enfermos con arroz integral, lo que les devolvía inmediatamente la salud. Eijkman recibe por este «descubrimiento» el premio Nóbel, aunque él no fue el primero en descubrir la relación entre enfermedades y deficiencias nutricionales. Con el tiempo, se descubrió que el compuesto que se eliminaba con el proceso del pulido del arroz era la vitamina B1 o tiamina. ¡Una dieta equivocada, aunque fuese considerada moderna, tiene el poder de matar!

1870-1900 – El norteamericano Wilbur Olin Atwater después de finalizar sus estudios en los Estados Unidos, se embarca para Alemania y descubre muchas de las técnicas que allí están siendo utilizadas por Pettenkofer y von Voit en las cámaras de respirometría. Luego regresa a los estados y empieza una campaña para hacer experimentos similares. En 1892 logra obtener un calorímetro (similar a las cámaras de respirometría, pero más moderno) y empieza a examinar el efecto de distintos alimentos en el metabolismo, utilizando las técnicas aprendidas en Alemania. De esta forma, en 1896 termina publicando las primeras tablas de calorías que incluían gramos de carbohidratos, grasas y proteínas. ¡Es el principio de la información nutricional que vemos en todos los productos alimenticios hoy día!

1900 – El alemán Carl von Noorden en su libro «Fettsucht» expone dos teorías para la obesidad, la primera, que la persona ingiere más calorías de las que su cuerpo utiliza y que estas calorías extra, son depositadas en el tejido adiposo y la segunda, que en base al tipo de alimentación que se hace y en base al nivel de hormonas existente, las calorías son particionadas de forma diferente. En algunos casos más calorías son guardadas y en otros casos más calorías son utilizadas como energía. Este segunda teoría es la que explica cómo es que los carbohidratos hacen engordar.

1910 – Hasta este año la manteca de cerdo y la mantequilla eran las grasas para cocinar de preferencia.

1911 – Procter & Gamble introduce una nueva grasa para cocinar en el mercado, «Crisco«, la primera grasa vegetal hidrogenada a partir del aceite de algodón. Lo interesante es que lo que estaban tratando de lograr, era la fabricación de velas, pero para esa época, la electrificación de las ciudades mató el negocio de las velas, de manera que la compañía decidió ofrecer el producto como grasa para cocinar, lo que funcionó de maravillas. De paso, esta fue la introducción original de las muy dañinas grasas trans en la dieta del ser humano.

1912 – El polaco Casimiro Funk propone el nombre «vitamina» para ciertas sustancias, sin las cuales el cuerpo no puede sobrevivir. El nombre viene de «vita» = «vida» y «amina«, ya que Funk pensaba que las vitaminas formaban parte del grupo orgánico de las aminas, lo cual finalmente resultó no ser así. Sin embargo, el nombre fue un éxito y es con el que conocemos dichos compuestos hasta el día de hoy.

1912 – El estadounidense Elmer Verner McCollum tratando de descubrir por qué no era posible alimentar y mantener vivo al ganado solo con mezclas preparadas de puros carbohidratos, grasas, proteínas y minerales, se decidió a hacer experimentos prácticos (puesto que todavía no era clara la importancia de las vitaminas, los compuestos no las contenían y los animales terminaban muriendo siempre). Sin embargo, debido a que las vacas y las ovejas toman demasiado tiempo para manifestar los efectos de pruebas nutricionales en sus experimentos, optó por utilizar ratas, cuya duración de vida es mucho menor y cuyos metabolismos son mucho más rápidos. Al hacer esto abrió las puertas a un nuevo mundo de investigación en el ámbito nutricional que nos ha traído una cantidad increíble de entendimientos sobre cómo funcionamos en muchísimos aspectos.

1913 – El ruso Nikolai Anichkov (Anitschkow en la literatura alemana) mediante experimentos en conejos, descubre que las acumulaciones en las arterias que causan la aterosclerosis son principalmente formadas por colesterol. Es interesante que para lograr estos efectos, alimentó a los conejos con proteínas y colesterol derivados de animales lo que produjo en los conejos un efecto inflamatorio que causó el desarrollo rápido de aterosclerosis en sus arterias. No debemos de olvidar, sin embargo, que los conejos son por naturaleza herbívoros y la dieta a las que se les sometió iba completamente en contra de su naturaleza.

1918 – Se desarrolla e introduce el electrocardiograma, lo que ayudó a desarrollar la rama de la cardiología.

1918 – Lulu Hunt Peters publica el libro sobre nutrición intitulado «Diet and Health with Key to Calories» que es el primero en promover la fórmula: «si comes más calorías de las que utilizas, independientemente de donde procedan, engordarás».

1920 – Consumo de azúcar en los Estados Unidos: 100 libras anuales per cápita y subiendo constantemente.

1922 – Frederick Banting y John McLeod descubren y aíslan la hormona insulina. Recibieron por esto el premio Nóbel en 1923.

1924 – Se funda la asociación americana del corazón.

1930 – El consumo de la margarina sobrepasa por primera vez al de la mantequilla.

1934 – El alemán Schoenheimer y el norteamericano Sperry desarrollan una prueba para medir el colesterol total.

1937 – Rudolf Schoenheimer y David Rittenberg demuestran que el colesterol ingerido en la dieta tiene, por lo general, muy poco que ver con el colesterol en la sangre. Que el hígado produce colesterol independientemente de la ingestión dietética de colesterol.

1939 – El dentista norteamericano Weston A. Price publica su libro «Nutrición y Degeneración Física» donde, después de haber hecho una gira mundial visitando una serie de pueblos, tribus y culturas que todavía se alimentaban con una dieta tradicional, llega a la conclusión que la nutrición tiene un papel preponderante en mantener una dentición perfecta, una mandíbula bien desarrollada donde no hay ocurrencia de dientes montados y desalineados y una salud perfecta. ¡La Clave! Comer alimentos naturales y evitar los procesados, incluyendo los carbohidratos procesados, como una peste. Es interesante la comparación que hace de pueblos, por ejemplo en Suiza, que estaban relativamente cercanos, pero que debido a lo escarpado del territorio, no tenían acceso a los productos procesados modernos y los otros que sí tenían este acceso a estos productos desnaturalizados y muestra la gran diferencia en la incidencia de caries y otros problemas de salud.

1949 – Se agrega la «arterioesclerosis» a la lista de enfermedades de la «Clasificación Internacional de Enfermedades«. Irónicamente, una vez que había una etiqueta disponible para la «nueva» enfermedad, aumentó considerablemente la cantidad de personas sufriéndola.

1950 – El estadounidense John Gofman descubre nuevas sustancias grasosas circulando en la sangre, entre ellas la LDL, HDL y la VLDL en la universidad de California. También reporta que los tipos LDL y VLDL son los que más incidencia tienen en la enfermedad cardiovascular.

1951 – El estadounidense Ancel Keys visita una conferencia en Roma donde escucha que las personas de ciertas áreas del mediterráneo y el japón que utilizan bajos niveles de grasa, sufren muy poco de la enfermedad cardiovascular. Esto lo lleva a la hipótesis de que la causa principal de las enfermedades cardíacas es la grasa y el colesterol, la hasta hoy famosa hipótesis de los lípidos.

1955 – El presidente norteamericano Eisenhower sufre un ataque al corazón con un nivel de colesterol de 165 mg/dl. Debido a que esto ocurre durante su mandato, hace que la atención de la población se fije en el asunto del colesterol y los problemas cardíacos. Sin embargo, su dieta, influenciada por la hipótesis de los lípidos promovida por Ancel Keys de bajas grasas y altos carbohidratos, no obtuvo los resultados deseados. Cuando deja la presidencia, tenía un colesterol de 259 y termina muriendo del corazón unos años después.

1955 – John Gofman descubre que una dieta alta en carbohidratos aumenta el nivel de VLDL que son los precursores de LDL. También nota que una dieta alta en grasas saturadas eleva el LDL. A partir de estos descubrimientos, deduce que medir el colesterol total es prácticamente irrelevante en determinar la posibilidad de problemas cardíacos.

1955 – Peter Ahrens, otro científico norteamericano llega a la misma conclusión que Gofman, a saber, que los carbohidratos elevan el nivel de triglicéridos en lo que llamó «lipemia inducida por carbohidratos«.

1956 – La Asociación Americana del Corazón efectúa una teletón, durante la cual anima al pueblo norteamericano a reducir sus niveles de: colesterol, grasa total y grasas saturadas. Se ve claramente que la hipótesis de lípidos como los causantes de los problemas cardiovasculares va adquiriendo renombre.

1956 – John Gofman reporta que la mayoría de las personas con problemas de aterosclerosis manifiestan un nivel elevado de «triglicéridos» y un nivel bajo de HDL, no necesariamente un nivel elevado de colesterol total.

1957 – La americo-alemana Hilde Bruch, la principal autoridad en cuanto a obesidad infantil en aquellos tiempos escribe en «La Importancia del Sobrepeso«: «Los grandes progresos en el control dietético de la obesidad, es el reconocimiento que la carne no produce tejido adiposo, más bien son el pan y los dulces los que llevan a la obesidad.«

1957 – Por primera vez en la historia de los Estados Unidos, la margarina sobrepasa en ventas a la mantequilla.

1960 – Se desarrolla la prueba para la insulina.

1960 – Jack Lalanne inicia la fiebre mundial de estar en forma, es interesante que en aquel tiempo él era el único gurú en el campo del fitness. Hacer deporte era una cuestión de placer y la obesidad no era una epidemia.

1961 – La Asociación Americana del Corazón adopta oficialmente la hipótesis de la grasa/colesterol como la verdad y recomienda la dieta promovida por Ancel Keys de bajos niveles de grasa y altos niveles de carbohidratos. Al mismo tiempo Ancel Keys adorna la portada de la prestigiosa revista «Time», lo que resulta que su dieta, se convierta en la más popular, bajas grasas, altos carbohidratos.

1970 – Las directrices de la Asociación Americana del Corazón de bajar los niveles de grasa y colesterol se extienden también a niños y mujeres en estado de gestación.

1972 – El Dr. Robert Atkins publica su libro promulgando una dieta realmente baja en carbohidratos y alta en grasas. El libro se convierte en un éxito, porque les funciona a la gente que lo pone en práctica.

1973 – La Asociación Médica Americana critica y acusa a Atkins de fraude al promover una dieta alta en grasas de todo tipo y es llamado a defenderse ante una comisión del congreso estadounidense. Mientras tanto, el libro sigue vendiéndose como pan caliente.

1976-1977 – El senador McGovern encabeza un comité del senado estadounidense para la Nutrición y Necesidades Humanas. Al final este comité emite las «metas nutricionales para el pueblo americano«. Es de notar que tanto el senador como varios miembros del comité, estaban convencidos que la hipótesis de los lípidos era la correcta. El pueblo norteamericano debería de ingerir mucha menos grasas y colesterol y más carbohidratos (granos y harinas).

1977 – Refiriéndose al reporte McGovern, el nutricionista Philip Handler, en aquel tiempo presidente de la Academia Nacional de Ciencia, dijo lo siguiente: «¿Qué derecho tiene el gobierno federal (de USA) de proponer que el pueblo americano conduzca un vasto experimento nutricional, con ellos mismos como sujetos, en base a una cantidad tan pequeña de evidencia?«. Esto es algo en lo que vale la pena pensar, particularmente, porque cuando se habla de la otra hipótesis, la de los carbohidratos, siempre hay especialistas en nutrición que dicen que no hay estudios a largo plazo que muestren cuáles pueden ser los resultados de disminuir la cantidad de carbohidratos en la dieta y aumentar las grasas saludables. Para decirlo claramente, el experimento nacional que se ha hecho en los Estados Unidos muestra que los resultados de la hipótesis de los lípidos no son muy alentadores que digamos.

1978 – La estadounidense Mary Enig deja saber que la opinión gubernamental establecida en 1976 de que el aceite de soya hidrogenado es seguro es una equivocación monumental. El proceso de hidrogenación crea un tipo de grasa llamada «trans» que, después de examinar los datos de la USDA usados por McGovern y su comité, hacen que Enig concluya que aumenta el riesgo de contraer cáncer para las personas que los consumen. Estas conclusiones las publica en el «Journal of the Federation of American Societies for Experimental Biology«. Sin embargo, ella es considerada rebelde y prácticamente aíslada del campo. Es solo hasta alrededor del 2005 que las directrices gubernamentales dietéticas reconocen los problemas que las grasas trans causan y Mary Enig es reinvindicada. Mientras tanto, por casi 30 años, la población ingirió estas grasas trans que se ofrecían como «sin colesterol«, causándo una cantidad de problemas de salud que ni siquiera tenemos idea.

1978 – Debido a cuotas tarifárias que se impusieron al azúcar en año anterior (1977), se abrieron las puertas para que el jarabe de maíz rico en fructosa dominara el mercado. La cantidad de productos que empezaron a usar este almíbar se multiplicó increíblemente y, lo que es peor, el consumo de este tipo de productos también se mantuvo al mismo ritmo. Lastimosamente, las cantidades increíbles de fructosa, que no fuimos diseñados para ingerir, crea problemas en el hígado, gordura, insulinorresistencia y muchos otros problemas.

1980 – La USDA publica la primera «Directriz Dietética para Americanos» haciendo énfasis en, como lo mostró su portada: «Comer menos grasa, grasa saturada y colesterol«. Es de notar que por los últimos 20 años, de 1960 a 1980, el índice de obesidad en los USA se mantuvo entre el 12 y el 14%. A partir de 1980, sin embargo, este índice se dispara y sigue subiendo hasta el día de hoy. Obviamente, los fabricantes de productos alimenticios, tenían que de alguna manera reemplazar las grasas que reducían en los productos «light» y bajos en grasas para mantener un sabor aceptable para el consumidor. ¿Cómo lo lograron? Aumentando la cantidad de azúcar y fructosa en los productos.

1984 – El presidente de la Asociación Americana del Corazón, Anthony Gotto, dijo lo siguiente: «Si todo el mundo bajara su colesterol, podríamos conquistar la aterosclerosis para el año 2000.» Esto abrió las puertas para las estatinas, drogas que ayudan a bajar el colesterol.

1986 – La FDA (Administración para drogas y alimentos) declara que no hay evidencia concluyente de que el azúcar cause enfermedades crónicas. Es sorprendente que hayan llegado a esa conclusión, sin embargo, eso es lo que ocurre y, de esta forma, abren las puertas para que la industria alimentaria aumente la cantidad de productos que contienen azúcar. ¿Cómo llegó la FDA a esa conclusión? Empezaron con la premisa que el individuo promedio consumía 40 libras de azúcar al año, lo que equivale a 12 cucharaditas de azúcar al día y concluyeron que, en esa cantidad, no causa problemas. La realidad es que el método que utilizaron para determinar esas 40 libras, fue mandar 5000 cuestionarios a personas solicitando que reportaran cuánto azúcar comían al día. En contraste, para ese mismo año, la universidad de California reportó un consumo de azúcar de 133 libras, más de tres veces la cantidad asumida por la FDA. ¿Resultado? El consumidor terminó consumiendo más azúcar, con los consiguientes daños a su salud, como lo es la obesidad y la diabetes.

1986 – Se crea la NCEP (Programa de Educación Nacional sobre el Colesterol) en los Estados Unidos. Este programa de educación emite por primera vez sus directrices, conocidas como ATP (desde 1 a 4) y es allí que, por primera vez, se consideró bajo riesgo a personas con colesterol arriba de los 200 mg/dl, porque se bajó el nivel del colesterol «normal» de 240 mg/dl a 200 y, de un solo tirón, se metió a 42 millones de personas en este grupo de riesgo. De nuevo, más probabilidades de negocio para la industria de los fármacos y sus estatinas y más preocupaciones para los individuos que, de un día a otro, de repente se encontraban como parte de ese grupo.

1987 – Se aprueba «Mevacor«, la primera droga del tipo de las estatinas, que tiene como propósito bajar el nivel de colesterol en la sangre. Con esto se inicia uno de los negocios más grandes para la industria farmacéutica, solo un año después de que se incluyera a casi 42 millones de personas en el grupo de riesgo. ¡Hmmm, da que pensar! A manera de información, las estatinas aparte de bajar el colesterol, bajan también la CoenzimaQ10, ayudando por un lado, pero causando muchos otros problemas por el otro.

1988 – El doctor norteamericano Gerald Reavan descubre que la enfermedad cardiovascular no depende de «solamente un factor», sino de una serie de ellos y bautiza a este grupo de factores como el «Síndrome X«, más tarde llamado «Síndrome Metabólico«. Algo interesante es que una dieta alta en carbohidratos y baja en grasa tiende a empeorar este síndrome, ya que incluye a la insulinorresistencia como uno de los factores de riesgo.

1990 – El centro para el control de enfermedades (CDC) de los Estados Unidos reconoce que a partir de ese año la incidencia de diabetes se dispara y desde ese año con 6.6 millones de personas con diagnóstico positivo de diabetes, ha llegado hasta casi 21 millones para el 2011.

2000 – El aceite de soya comanda en USA más del 70% del mercado de aceites. Sin embargo, es triste que la mayoría de la soya producida para este tiempo ha sido modificada genéticamente y continúa así hasta el día de hoy.

2005 – El nivel de obesidad en los EUA llega al 30% de la población. Al mismo tiempo, es irónico que para este mismo año, el negocio del deporte y el fitness genera 16 millardos de dólares y casi 40 millones de norteamericanos tienen una membresía en un gimnasio.

2007 – El periodista investigativo Gary Taubes publica su libro enciclopédico «Buenas Calorías, Malas Calorías» donde hace un viaje por la historia de la nutrición y muestra, de manera similar a esta cronología, que por muchísimo tiempo ha sido claro que una abundancia de carbohidratos procesados y azúcar tiene un efecto negativo para la salud en muchísimos aspectos. La publicación de este libro inicia lo que podemos llamar una revolución en el campo de la nutrición, porque destapa muchos de los problemas que han aquejado a la nutrición en los últimos 60 años, durante los cuales la hipótesis de los lípidos como causante de todos los problemas de salud ha sido la que se ha aceptado y promulgado a diestra y siniestra.

2008 – El consumo de azúcar en los E.E.U.U. llega a la increíble cantidad de 140 libras anuales por persona. Esto incluye una cantidad increíble del Jarabe de maíz rico en fructosa con sus efectos dañinos en un cuerpo no diseñado para esas cantidades de azúcar. Todo realmente como el resultado de las campañas para reducir las grasas en la dieta.

2012 – El consumo de azúcar en los E.E.U.U. baja inmensamente, de más de 100 libras a 76.7 libras anuales per cápita. ¿Significa que la población ha modificado su comportamiento respecto al azúcar? ¡No! Solamente que la USDA ha optado por cambiar totalmente cómo calcula el consumo de azúcar. Un reporte del NY Times muestra que, básicamente, lo que hacen es inventarse porcentajes de productos que una vez comprados por el consumidor, no son consumidos. En otras palabras, son números inventados por expertos y presentados como hechos. ¡Hey, pero se ven bien en un reporte!

2012 – Se funda la NuSI (Nutrition Science Initiative) como una organización sin fines de lucro, que tiene como meta principal y misión luchar contra la obesidad y las enfermedades crónicas causadas por la obesidad. Uno de los métodos para lograr esto, es mediante financiar experimentos y estudios controlados, sin tener los conflictos de intereses tan comunes en el mundo de la nutrición, y así responder las preguntas importantes que nos afectan a todos. En otras palabras, tratar mediante estudios bien diseñados, de descubrir cuál de las dos hipótesis se apega más a la realidad, la de los lípidos o la de los carbohidratos. ¡Será interesante ver los resultados de estos estudios científicos!


Bibliografía

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